No importa cuántas veces el punk rock haya intentado renacer, siempre se necesita un grupo que le inyecte algo más que energía. Bihotza no es solo una banda, es la bofetada emocional que no sabías que estabas esperando.
Formada por Iván Pozuelo «Guevo», batería de Ska-P, y el controvertido Calero LDN, que ha dejado las rimas para abrazar la guitarra y el caos del punk, Bihotza se posiciona como una bocanada de aire fresco en un panorama que a veces parece ahogado en lo mismo de siempre.
Después de un debut que arrasó en Erandio, Bihotza no tiene intención de levantar el pie del acelerador. Su gira de otoño, con paradas en Barcelona, Madrid y Bilbao, es la excusa perfecta para presentar su álbum «Corona de espinas«, un disco que está diseñado para arrugarte el alma y, a la vez, hacer que grites a pleno pulmón.
Pero, ¿qué tiene Bihotza que lo hace diferente?
Calero LDN lo dejó claro desde el principio: no quiere encasillarse en un género. Iván Pozuelo, por su parte, trae el peso y la experiencia de años en el punk. Y si a esto le sumas la fuerza del bajista argentino Chara Corrado y el talento incendiario de Elena More Fyah a la guitarra, tienes un cóctel explosivo que se mueve entre la rabia del hardcore punk y la melancolía más cruda.
El single «Corona de espinas» lo deja claro: esto no es solo música, es catarsis pura. Una canción sobre la traición y el dolor de amar como si no hubiera mañana. «Te amé como un suicida«, canta Calero, y lo crees, porque en cada verso se desnuda el alma con una mezcla de vulnerabilidad y furia que golpea donde más duele. Le siguen temas como «Hoy volví a beber«, un relato sin edulcorantes sobre autodestrucción y la búsqueda desesperada de refugio en el fondo de un vaso. O «Noches frías«, donde las despedidas y los recuerdos no resuelven el conflicto, solo lo alargan, convirtiendo el corazón en una trinchera.
Bihotza es más que una banda, es un recordatorio de que la música sigue siendo el mejor refugio para los que no encontramos consuelo en otra parte.
Cuando solo queda la rabia y la vulnerabilidad, Bihotza te recuerda que el corazón sigue latiendo al ritmo del punk.