Ya tenemos el primer avance del cartel del Viña Rock 2025 y, como era de esperar, los clásicos de siempre ocupan las primeras filas: La Raíz, Boikot, Mägo de Oz, Reincidentes y Los de Marras. No hay duda, estas bandas aseguran un espectáculo brutal y, seamos sinceros, venden entradas como churros. Pero aquí viene el debate incómodo: ¿dónde están las bandas emergentes?
El Viña es, desde hace años, el escaparate más grande del rock estatal, un lugar donde hemos visto crecer a las leyendas y donde seguimos vibrando con ellas. Pero el rock, al igual que cualquier género, necesita sangre nueva para seguir vivo. ¿El problema? No parece que haya mucho espacio para esas nuevas bandas que están peleando por su lugar en la escena. Y ojo, que esta vez no señalamos solo a la organización del festival. ¿No será que los propios rockeros somos parte del problema?
El elefante en la sala: ¿Queremos nuevas bandas o seguimos con el rock de siempre?
Es muy fácil quejarnos de que no hay renovación en los carteles de los festivales, pero a la hora de la verdad, ¿cuántos de nosotros apoyamos de verdad a las bandas emergentes? ¿Cuántos llenamos las salas pequeñas cuando esos grupos están tocando? Cobardes, por ejemplo, ha conseguido abrirse paso en el Viña gracias a su entrega y a que poco a poco han logrado ganarse su espacio. Pero no podemos decir lo mismo de otras bandas que se lo están currando tanto o más, y que siguen tocando para un público reducido porque, al parecer, solo nos levantamos del sofá cuando los que suenan son los de siempre.
Bandas como Mala Hierba, La Desbandada, Noprocede, Ekko o De la Nada llevan años demostrando que el rock no está muerto, pero si no les damos la oportunidad de tocar en grandes escenarios, ¿no estamos condenando al rock a una muerte lenta y predecible?
¿Rockeros de verdad o solo postureo?
El problema no es solo del Viña Rock, es de todos. Muchos nos llenamos la boca hablando de «apoyar la escena», pero luego somos los primeros que pasamos de largo cuando tocan bandas que no tienen 20 años de trayectoria a sus espaldas. Nos quejamos de que siempre están los mismos en el cartel, pero cuando toca un grupo nuevo, el escenario se queda medio vacío. Entonces, la pregunta es clara: ¿somos rockeros de verdad o simplemente estamos aquí por el postureo?
No se puede negar que ver a Reincidentes, Boikot o Sínkope en directo es algo que todos disfrutamos. Pero si el rock quiere seguir teniendo una voz potente en la música estatal, necesitamos empezar a prestar más atención a esas bandas que están luchando desde abajo, sin tanta promo ni tantos focos. De lo contrario, nos convertiremos en los sepultureros de lo que más decimos amar.
El Viña Rock 2025: ¿Un cartel para todos?
Estamos a la espera de los siguientes anuncios del cartel, y mientras tanto, hacemos un llamamiento no solo al festival, sino a nosotros mismos: si queremos que el rock siga vivo, tenemos que estar ahí para las bandas emergentes. Porque no basta con decirlo, hay que demostrarlo. Y no es solo responsabilidad del Viña; es nuestra, la de los que compramos entradas, la de los que presumimos de camiseta negra y hablamos de «mantener la escena». La escena se mantiene llenando las salas pequeñas y apoyando a esos grupos que están tocando con más pasión que medios.
Nos gusta presumir de rock y hablar de resistencia, pero ¿realmente estamos luchando por algo o simplemente seguimos el camino fácil?
El rock no está en los viejos himnos, está en los que aún no nos atrevemos a cantar.
