El infierno no empieza con fuego. A veces empieza con una nota. Con una palabra escupida al micro. Con un riff que no avisa. Así ha sido con Himnos desde el infierno, el próximo disco de Maldito Matas, que ya huele a gasolina y sangre seca. Este viernes soltaron el último adelanto, y lo único que queda claro es que esto va a arder.
La Voz de los Malditos es el cierre de una trilogía de adelantos que no se andan con rodeos. Aquí no hay fuegos artificiales ni promesas vacías: hay calle, hay heridas, hay motivos. Antes vinieron Escupiendo Rock ‘N’ Roll y El Reencuentro, y con eso bastó para que muchos se dieran cuenta de que esta banda ya no está pidiendo sitio: está pateando la puerta.
En el primero, se aliaron con el cantante de Presión. Puro veneno. Una canción que parece escrita con cristales y escupida desde un callejón donde se aprende más que en cualquier conservatorio. En el segundo, Agus de Los de Marras se metió de lleno, y el resultado fue un abrazo entre generaciones que llevan años gritando lo mismo: que no todo está perdido si aún queda alguien con una guitarra y algo que decir.
Y ahora esto. La Voz de los Malditos no suena a futuro. Suena a presente cabreado, a orgullo maltratado, a dignidad sin disfraz. No está pensada para gustar: está pensada para doler. Porque el que canta desde abajo no lo hace para entretener. Lo hace porque no le queda otra.
La gira ya tiene fechas. Ciudad Real, Jaén, Vallekas, festivales y salas con nombre propio. Pero lo importante no es dónde toquen. Lo importante es que lo van a hacer como siempre: con los dientes apretados, con el sudor como firma y con el infierno a cuestas.
Dicen que este disco marcará un antes y un después. Puede ser. Pero lo cierto es que, para los que ya han escuchado estos tres temas, el después ya empezó.
Las mejores canciones no cambian el mundo. Pero a veces, cambian a quien las grita.